IMPLANTACIÓN DEL IPD, BIM Y PREFABRICACIÓN II.

ALLAN SHEPARD IPD PREFABRICAR.ORG

Podríamos pasar horas tratando los motivos principales por los que han de evolucionar las estructuras y los procedimientos vigentes en el sector de la construcción hasta la fecha, el escandaloso consumo de materias primas, las emisiones de CO2, los desfases presupuestarios, los retrasos en los plazos de construcción, la falta de calidad, pero si hay algo que resumiría todo lo anterior es la necesidad urgente en la mejora de la productividad.

El explicar con la profundidad que merece la metodología de trabajo Integrated Project Delivery excede con creces el contenido de una entrada en un blog, razón por la cual describo las ideas más importantes y dejo una abundante bibliografía para quien quiera ampliar su conocimiento.

Una de las principales razones por la que durante las últimas décadas apenas se ha evolucionado en el uso masivo de nuevos sistemas constructivos y metodologías de trabajo en el sector de la construcción en los países desarrollados, es la cada vez menor incidencia de los costes de construcción en la formación de precios de un inmueble, así una mejora en la productividad consecuencia de la inversión en investigación, desarrollo e innovación que supusiera un 10% de ahorro en los costes de construcción, apenas supondría un 2,5% en el coste global del inmueble, demasiada inversión para recoger unos frutos tan pequeños.

Sin embargo el propietario final del inmueble, que va a hacer uso y piensa en la vida útil del mismo considera, o habría de considerar, otros muchos costes de mayor transcendencia como el consumo energético, el mantenimiento, la adecuación a su función, fecha final de puesta en funcionamiento, el sobrecoste de las obras.

Considerando factores como la adecuación del inmueble a su función, y todos los costes asociados a su vida útil, en muchos casos incluso superiores a los de construcción, llegamos a la conclusión de que aquello que se invierta en calidad durante las fases de proyecto y construcción va a verse considerablemente recompensado a lo largo de la vida útil del mismo.

Una vez se ha llegado a esta conclusión se ha determinar Cuando y Como ha de realizarse ese esfuerzo suplementario de forma que se vea recompensado de forma óptima, y aquí ya comenzamos a hablar de Integrated Project Delivery y lo que dio inicio al mismo que es la gráfica llamada “curva de Mac Leammy” formulada en el año 2004 por Patrick MacLeammy, y que he traducido y adaptado a lo que es un proyecto realizado en España.

En la gráfica se observa que es en la fase inicial del proyecto cuando disponemos de mayor capacidad para tomar decisiones que afecten positivamente al proyecto a menor coste económico, mientras que conforme más se va avanzando disponemos de menor capacidad para tomar nuevas decisiones, y que el coste de las mismas va a ser muy superior o directamente inviable.

Como consecuencia de lo anterior se deduce que se han de plantear metodologías de trabajo que impliquen a todos los técnicos intervinientes en el proyecto desde la fase inicial del mismo, con el objeto de maximizar el conocimiento y la experiencia de todos en las fases iniciales y reducir al mínimo las decisiones durante la fase de construcción.

El plantear una metodología de trabajo en la que los técnicos de las empresas constructoras y subcontratistas van a ser unos agentes más en el proyecto es una cuestión de enorme trascendencia ya que no solamente cambia la metodología de trabajo, sino que cambian las relaciones jurídicas y las responsabilidades civiles entre los agentes que intervienen en la construcción de un edificio, razón por la cual la implantación de metodologías como el IPD suponen también un reto para los departamentos jurídicos de las empresas constructoras y para el sector asegurador que tarde o temprano habrá de ofrecer pólizas adaptadas a este tipo de organización del trabajo tal y como ya sucede en los EEUU y Reino Unido.

El proceso de licitación de la obra también cambia notablemente, en la metodología IPD se seleccionan cinco empresas constructoras con experiencia demostrada en proyectos similares, de las cuales saldrá la que finalmente construirá el inmueble en base a la importancia de las ideas y propuestas que haya realizado al proyecto y a su oferta económica, compensando la propiedad a las cuatro restantes con una cantidad previamente acordada.

La colaboración de los técnicos de las empresas constructoras, aportando experiencia en obras similares, así como conocimientos de planificación y gestión de costes supone una considerable mejora de cualquier proyecto, reduciendo notablemente los riesgos para la propiedad.

El uso de esta metodología beneficia a las empresas constructoras que disponen de experiencia en grandes infraestructuras y arquitectos e ingenieros creativos, capaces de aportar ideas brillantes que mejoren las prestaciones del proyecto al tiempo que se mejoran los plazos de ejecución y se ahorra en costes.

Ejemplo de todo ello sería la adjudicación mediante un contrato IPD de un tramo de ferrocarril de alta velocidad a la empresa Dragados, filial de ACS.

http://economia.elpais.com/economia/2014/12/12/actualidad/1418370442_248506.html

El cómo coordinar a todos los agentes en una fase tan temprana de proyecto y crear unos vínculos solidos que se mantengan hasta el final de la obra requiere una forma diferente de organizar los flujos de trabajo.

Así como una nueva generación de metodologías de trabajo y software que permita una coordinación total entre todos los técnicos intervinientes, la metodología BIM como herramienta de coordinación y los programas de software asociados a la misma, desarrollándose formatos compatibles como el IFC.

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Las tendencias en la ejecución de las obras, el paso de lo virtual a lo real apoyados en tecnologías BIM 360, optimizando el proceso constructivo y tareas como el control de calidad o la certificación de unidades ya construidas.

Y la prefabricación de las instalaciones, cuartos húmedos, estructuras y cerramientos, tomando especial protagonismo la prefabricación ligera por componentes, tras el descubrimiento de los materiales de cambio de fase, capaces de acumular un considerable efecto de inercia térmica en los cerramientos utilizando paneles de cerramiento de escaso grosor.